Esta ciudad es lo que tiene... terminas de una clase en la que se lee y se comenta Calígula de Kafka... sales al pasillo, a la puerta a fumar un cigarro... y está corriendo la voz de que en el Aula Magna habrá durante todo el día unas jornadas homenajeando a José Emilio Pacheco. Vas allí... te encuentras al poeta charlando con la gente: sencillo, con los pies en el mismo suelo que tú pisas. Te sientas a escuchar sus palabras (y sus poemas) y con tres o cuatro frases te ha alegrado el día, en el peor de los casos ha resuelto la crisis existencial que te viene atormentando desde hace meses. Eso es la literatura, así es. Apegada siempre a la vida.
Esta ciudad es lo que tiene... terminas de una clase en la que se lee y se comenta Calígula de Kafka... sales al pasillo, a la puerta a fumar un cigarro... y está corriendo la voz de que en el Aula Magna habrá durante todo el día unas jornadas homenajeando a José Emilio Pacheco.
ResponderEliminarVas allí... te encuentras al poeta charlando con la gente: sencillo, con los pies en el mismo suelo que tú pisas.
Te sientas a escuchar sus palabras (y sus poemas) y con tres o cuatro frases te ha alegrado el día, en el peor de los casos ha resuelto la crisis existencial que te viene atormentando desde hace meses.
Eso es la literatura, así es. Apegada siempre a la vida.