viernes, 24 de diciembre de 2010

El reposo del fuego. José Emilio Pacheco



(Don de Heráclito)

Pero el agua recorre los cristales
musgosarnente:
ignora que se altera,
lejos del sueño, todo lo existente.

Y el reposo del fuego es tomar forma
con su pleno poder de transformarse.
fuego del aire y soledad del fuego.
al incendiar el aire que es de fuego.
Fuego es el mundo que se extingue y prende
para durar (fue siempre) eternamente.

Las cosas hoy dispersas se reúnen
y las que están más próximas se alejan:

Soy y no soy aquel que te ha esperado
en el parque desierto una mañana
junto al río irrepetible en donde entraba
(y no lo hará jamás, nunca dos veces)
la luz de octubre rota en la espesura.

Y fue el olor del mar: una paloma,
como un arco de sal,
ardió en el aire.

No estabas, no estarás
pero el oleaje
de una espuma remota confluía
sobre mis actos y entre mis palabras
(únicas nunca ajenas, nunca mías):
El mar que es agua pura ante los peces
jamás ha de saciar la sed humana.


viernes, 17 de diciembre de 2010

El guardián entre el centeno. J.D.Salinger

Muchas veces me imagino que hay un montón de críos jugando a algo en un campo de centeno. Son miles de críos y no hay nadie cerca, quiero decir que no hay nadie mayor, sólo yo. Estoy de pie, al borde de un precipicio de locos. Y lo que tengo que hacer es agarrar a todo el que se acerque al precipicio, quiero decir que si van corriendo sin mirar adónde van, yo tengo que salir de donde esté y agarrarlos. Eso es lo que haría todo el tiempo. Sería el guardián entre el centeno y todo eso. Sé que es una locura, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.


martes, 7 de diciembre de 2010

Rebelión en la granja. George Orwell

Prólogo

Si la libertad significa algo, es el derecho de decirles a los demás lo que no quieren oír.



sábado, 4 de diciembre de 2010

Sobre la brevedad de la vida. Séneca

Vivís como si fuerais a vivir eternamente, jamás os acordáis de vuestra fragilidad, nunca reparáis en cuánto tiempo se os ha ido ya; lo malgastáis como si fluyera de un caudal pleno y abundante, cuando, al mismo tiempo, tal vez aquel mismo día que regaláis a algún hombre o negocio, puede ser vuestro último día. Todo lo teméis como mortales, todo lo deseáis como inmortales. Oirás decir a muchos: «Con cincuenta años me retiraré a descansar», «los sesenta años me jubilarán de mis ocupaciones». Y por último: ¿Quién te garantiza una vida más larga? ¿Quién permitirá que las cosas salgan como tú dispones? ¿No te da vergüenza reservar para ti las sobras de tu vida y destinar a la bondad del alma sólo aquel tiempo que no se puede emplear en nada? ¡Qué tarde es empezar a vivir en el momento mismo en que hay que dejar de hacerlo! ¡Qué olvido tan necio de la condición mortal demorar hasta los cincuenta o sesenta años las decisiones sensatas, y querer empezar la vida a partir de una edad a la que pocos han llegado!


martes, 30 de noviembre de 2010

Nada. Carmen Laforet



– Me gusta la gente con ese átomo de locura que hace que la existencia no sea monótona, aunque sean personas desgraciadas y estén siempre en las nubes, como tú…


viernes, 26 de noviembre de 2010

Del transcurso. Jorge Guillén



Miro hacia atrás, hacia los años, lejos,
Y se me ahonda tanta perspectiva
Que del confín apenas sigue viva
La vaga imagen sobre mis espejos.

Aun vuelan, sin embargo, los vencejos
En torno de unas torres, y allá arriba
Persiste mi niñez contemplativa.
Ya son buen vino mis viñedos viejos.

Fortuna adversa o próspera no auguro.
Por ahora me ahínco en mi presente,
Y aunque sé lo que sé, mi afán no taso.

Ante los ojos, mientras, el futuro
Se me adelgaza delicadamente,
Más difícil, más frágil, más escaso.



domingo, 21 de noviembre de 2010

Fahrenheit 451. Ray Bradbury

– Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino, se encuentra la melancolía.

lunes, 15 de noviembre de 2010

El túnel. Ernesto Sábato



Pero arriba, a la izquierda, a través de una ventanita, se veía una escena pequeña y remota: una playa solitaria y una mujer que miraba el mar. Era una mujer que miraba como esperando algo, quizá algún llamado apagado y distante. La escena sugería, en mi opinión, una soledad ansiosa y absoluta [...] Con excepción de una sola persona, nadie pareció comprender que esa escena constituía algo esencial.



viernes, 5 de noviembre de 2010

Donde habite el olvido. Luis Cernuda

I


Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.


martes, 2 de noviembre de 2010

Miguel Hernández. Antología Poética


ANTES DEL ODIO

Porque dentro de la triste

guirnalda del eslabón,

del sabor a carcelero

constante, y a paredón,

y a precipicio en acecho,

alto, alegre, libre, soy.

Ato, alegre, libre, libre,

solo por amor.

(30 de octubre de 2010: Centenario del nacimiento de MIGUEL HERNÁNDEZ )

domingo, 24 de octubre de 2010

Niebla. Miguel de Unamuno

» Ésta es la revelación de la eternidad, Orfeo, de la terrible eternidad. Cuando el hombre se queda a solas y cierra los ojos al porvenir, al ensueño, se le revela el abismo pavoroso de la eternidad. La eternidad no es porvenir. Cuando morimos nos da la muerte media vuelta en nuestra órbita y emprendemos la marcha hacia atrás, hacia el pasado, hacia lo que fue. Y así, sin término, devanando la madeja de nuestro destino, deshaciendo todo el infinito que en una eternidad nos ha hecho, caminando a la nada, sin llegar nunca a ella, pues que ella nunca fue.

» Por debajo de esta corriente de nuestra existencia, por dentro de ella, hay otra corriente en sentido contrario; aquí vamos del ayer al mañana, allí se va del mañana al ayer. Se teje y se desteje a un tiempo. Y de vez en cuando nos llegan hálitos, vahos y hasta rumores misteriosos de ese otro mundo, de ese interior de nuestro mundo.


martes, 12 de octubre de 2010

El lobo estepario. Hermann Hesse

[…]

– Demasiado bien lo comprendo, y lo mismo tu aversión a la política, tu tristeza por la palabrería y el irresponsable hacer que hacemos de los partidos y de la prensa, tu desesperación por la guerra, por la pasada y por la venidera, por la manera cómo hoy se piensa, se lee, se construye, se hace música, se celebran fiestas, se promueve la cultura. Tienes razón, lobo estepario, mil veces razón, y, sin embargo, has de sucumbir. Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más. El que hoy quiera vivir y alegrarse de su vida no ha de ser un hombre como tú ni como yo. El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo, en vez de jugueteo pura pasión, para ése no es hogar este bonito mundo que padecemos…

[…]

– ¿Cómo te explicas esto, que hombres como nosotros, hombres con una dimensión de más, no podamos vivir aquí? ¿En qué consiste? ¿No pasa esto más que en nuestra época actual? ¿O fue siempre lo mismo?

– Siempre ha sido así y siempre será igual, que el tiempo y el mundo, el dinero y el poder, pertenecen a los mediocres y superficiales, y a los otros, a los verdaderos hombres, no les pertenece nada. Nada más que la muerte.

– ¿Fuera de eso, nada en absoluto?

– Sí, la eternidad.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Las flores del mal. Charles Baudelaire

Póstumo remordimiento


Cuando por fin reposes, mi bella tenebrosa,
Al fondo de un panteón todo de negro mármol,
Y cuando ya no tengas por alcoba y morada
Sino una hueca fosa, una lluviosa cueva;

Cuando la losa oprima tu pecho estremecido
Y esos flancos pulidos por tu encanto indolente,
Y al corazón impida el deseo y el latido
Y a tus pies proseguir su aventurera senda,

La tumba, confidente de mi sueño infinito,
(Porque la tumba siempre comprenderá al poeta),
En esas largas noches de desterrado sueño

Te dirá: « ¿De qué os sirve, cortesana imperfecta,
No haber reconocido lo que los muertos lloran? »
– Y te roerá el gusano como un remordimiento.


lunes, 4 de octubre de 2010

Safo




Me parece el igual de un dios, el hombre
que frente a tí se sienta, y tan de cerca
te escucha absorto hablarte con dulzura
y reírte con amor.
Eso, no miento, no, me sobresalta
dentro del pecho el corazón; pues
te miro un solo instante, ya no puedo
decir ni una palabra,
la lengua se me hiela, y un sutil
fuego no tarda en recorrer mi piel,
mis ojos no ven nada, y el oído
me zumba, y un sudor
frío me cubre, y un temblor me agita
todo el cuerpo, y estoy, más que la hierba,
pálida, y siento que me falta poco
para quedarme muerta.

(Safo)


domingo, 3 de octubre de 2010

Cuentos. Pío Baroja

Playa de otoño

«Y llegarán otras primaveras y otros veranos – pensó con desesperación - , y ante el mismo mar que ruge, agitado en olas inmensas; ante los mismos crepúsculos rojizos y las mismas noches estrelladas, germinarán otros amores y otras ilusiones en otras almas…, y yo habré pasado como la espuma que brilló un momento.»


lunes, 27 de septiembre de 2010

Proverbios y cantares. Antonio Machado



Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.



martes, 21 de septiembre de 2010

Rimas. Gustavo Adolfo Bécquer

XXX

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase de mis labios expiró.

Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: – ¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: – ¿Por qué no lloré yo?


sábado, 18 de septiembre de 2010

Áspero Mundo. Ángel González

Aquí, Madrid, mil novecientos
cincuenta y cuatro: un hombre solo.


Un hombre lleno de febrero,
ávido de domingos luminosos,
caminando hacia marzo paso a paso,
hacia el marzo del viento y de los rojos
horizontes –y la reciente primavera
ya en la frontera del abril lluvioso...–


Aquí, Madrid, entre tranvías
y reflejos, un hombre: un hombre solo.


–Más tarde vendrá mayo y luego junio,
y después julio y, al final, agosto–.


Un hombre con un año para nada
delante de su hastío para todo.

domingo, 12 de septiembre de 2010

La República. Platón





- Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría que éstos son realmente más claros que los que le muestra?

- Así es -dijo.

- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza -dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?

- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.

- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.


martes, 27 de julio de 2010

El viaje definitivo. Juan Ramón Jiménez

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.


martes, 20 de julio de 2010

Poemas póstumos. Jaime Gil de Biedma


No volveré a ser joven


Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

lunes, 12 de julio de 2010

Historia de una escalera. Antonio Buero Vallejo


FERNANDO. – No es eso, Urbano. ¡Es que tengo miedo al tiempo! Es lo que más me hace sufrir. Ver cómo pasan los días, y los años… sin que nada cambie. (…) Hemos crecido sin darnos cuenta, subiendo y bajando la escalera, rodeados siempre de los padres, que no nos entienden; de vecinos que murmuran de nosotros y de quienes murmuramos… Buscando mil recursos y soportando humillaciones para poder pagar la casa, la luz… y las patatas. (Pausa.) Y mañana, o dentro de diez años que pueden pasar como un día, como han pasado estos últimos… ¡sería terrible seguir así! Subiendo y bajando la escalera, una escalera que no conduce a ningún sitio; haciendo trampas en el contador, aborreciendo el trabajo…, perdiendo día tras día… (Pausa.) Por eso es preciso cortar por lo sano.

URBANO. – ¿Y qué vas a hacer?

FERNANDO. – No lo sé. Pero ya haré algo.

URBANO. – ¿Y quieres hacerlo solo?

FERNANDO. – Solo.

URBANO. – ¿Completamente?

(Pausa.)

FERNANDO. – Claro.

URBANO. – Pues te voy a dar un consejo. Aunque no lo creas, siempre necesitamos de los demás. No podrás luchar solo sin cansarte.

jueves, 8 de julio de 2010

Al fin podemos vernos. A.M.R.S



Tanto mirarnos
y mira como al fin nos vemos.

Alguien ha puesto pared entre una y otra
y, al intentar mirarnos,
nos hemos arañado las niñas de los ojos.

Cuánto. Cuánto dolor nos ha hecho falta.
Dolor de no poder clavar la sombra contra el muro
vencido definitivamente.

Cuántas noches en blanco!!!,
y los ojos sedientos, imposibles las lágrimas,
ocupados, tercos, recalcitrantes, en buscarnos.

Cuántas amaneceres
quedándose olvidada una sombra incisiva,
como un diente de hierro,
clavándose en la carne.

Al fin podemos vernos.
Te miro,
a ti...creo....también verte en carne viva,
clavados como vidrios en ti los días.
Hoy te veo
verde como una siembra adolescente,
silente, abierta, soñadora...

Y veo tus luciérnagas iluminar la noche.
Los grillos que te pueblan
y hacen sonora la cuenca de tu presencia.
Los pájaros andan dormidos.
Y el musgo entre las rocas,
testigos, por si hay duda, de la vida
que, oculta, va ensanchándose.

A.M.R.S

miércoles, 7 de julio de 2010

La voz a ti debida. Pedro Salinas

Perdóname por ir así buscándote

tan torpemente, dentro

de ti.

Perdóname el dolor, alguna vez.

Es que quiero sacar

de ti tu mejor tú.

Ese que no te viste y que yo veo,

nadador por tu fondo, preciosísimo.

Y cogerlo

y tenerlo yo en alto como tiene

el árbol la luz última

que le ha encontrado al sol.

Y entonces tú

en su busca vendrías, a lo alto.

Para llegar a él

subida sobre ti, como te quiero,

tocando ya tan sólo a tu pasado

con las puntas rosadas de tus pies,

en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo

de ti a ti misma.

Y que a mi amor entonces le conteste

la nueva criatura que tú eras.

lunes, 28 de junio de 2010

Poeta en Nueva York. Federico García Lorca



(Ilustración de Federico García Lorca para Poeta en Nueva York)


New York (Oficina y denuncia)

Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato;
debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero;
debajo de las sumas, un río de sangre tierna.
Un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
Existen las montañas, lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría.
Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo.
He venido para ver la turbia sangre,
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
Todos los días se matan en New York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos,
que dejan los cielos hechos añicos.
Más vale sollozar afilando la navaja
o asesinar a los perros
en las alucinantes cacerías
que resistir en la madrugada
los interminables trenes de leche,
los interminables trenes de sangre
y los trenes de rosas maniatadas
por los comerciantes de perfumes.
Los patos y las palomas,
y los cerdos y los corderos
ponen sus gotas de sangre
debajo de las multiplicaciones,
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas
llenan de dolor el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.

Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitad,
la mitad irredimible
que levanta sus montes de cemento
donde laten los corazones
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todos
en la última fiesta de los taladros.
Os escupo en la cara.
La otra mitad me escucha
devorando, cantando, volando en su pureza,
como los niños de las porterías
que llevan frágiles palitos
a los huecos donde se oxidan
las antenas de los insectos.
No es el infierno, es la calle,
No es la muerte, es la tienda de frutas.
Hay un mundo de ríos quebrados y distancias inasibles
en la patita de ese gato
quebrada por el automóvil,
y yo oigo el canto de la lombriz
en el corazón de muchas niñas.
Oxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas
por los números de la oficina.
¿Qué voy a hacer? ¿Ordenar los paisajes?
¿Ordenar los amores que luego son fotografías,
que luego son pedazos de madera
y bocanadas de sangre?
San Ignacio de Loyola
asesinó un pequeño conejo
y todavía sus labios gimen
por las torres de las iglesias.
No, no, no no; yo denuncio.
Yo denuncio la conjura
de estas desiertas oficinas
que no radian las agonías,
que borran los programas de la selva,
y me ofrezco a ser comido por las vacas estrujadas
cuando sus gritos llenan el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.

viernes, 28 de mayo de 2010

Carmina. Catulo



V

Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis.

Soles occidere et redire possunt:
nobis, cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.

Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum.

Dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut nequis malus invidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.



sábado, 22 de mayo de 2010

La destrucción o el amor. Vicente Aleixandre


Unidad en ella


Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima,
con esa indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos,
un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

martes, 18 de mayo de 2010

Nueve Novísimos Poetas Españoles. J.M. Castellet


Después estalló la bomba, y se practicó el equilibrio del terror. El realismo socialista se practicaría en el campo socialista (no hagan caso de la extraña coincidencia entre realismo y campo, ambos socialistas). El realismo capitalista se practicaría en el campo capitalista (ídem). En uno y otro el asunto era marginal, porque la URSS controlaba ya 100 millones de aparatos de TV y Estados Unidos más de 200. "¡Ya podéis cantar, literatos de mierda! ¡Ya no os tenemos miedo! ¡A parir panteras!" (fragmento del discurso pronunciado al alimón por Kruschev y Eisenhower en Camp David, también llamado Espiritu de Camp David). Pero para despistar a unos y otros, acordaron vigilar de cerca la literatura e impedir que pudiera contrarrestar las 3.000 horas de programación televisiva anual, ejercida sobre unos 2.000.000.000 de seres humanos.

Manuel Vázquez Montalbán.

lunes, 17 de mayo de 2010

Cantos de vida y esperanza. Rubén Darío

Lo fatal



Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...



sábado, 15 de mayo de 2010

La gaya ciencia. Friedrich Nietzsche

¿No habéis oído hablar de ese hombre loco que, en pleno día, encendía una linterna y echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “busco a Dios, busco a Dios”? Como allí había muchos que no creían en Dios, su grito provocó la hilaridad. “Qué, ¿se ha perdido Dios?”, decía uno. “¿Se ha perdido como un niño pequeño?”, preguntaba otro. “¿O es que está escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado?” Así gritaban y reían con gran confusión. El loco se precipitó en medio de ellos y los traspasó con la mirada: “¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, les gritó. ¡Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido hacer eso? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la esponja para secar el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de su sol? ¿Adónde se dirigen ahora sus movimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado, de todos lados? ¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? ¿No nos persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No veis oscurecer, cada vez más, cada vez más? ¿No es necesario encender linternas en pleno mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿Nada olfateamos aún de la descomposición divina? ¡También los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotros somos quienes lo hemos matado! ¿Cómo nos consolaremos, nosotros, asesinos entre los asesinos? Lo que el mundo poseía de más sagrado y poderoso se ha desangrado bajo nuestro cuchillo. ¿Quién borrará de nosotros esa sangre? ¿Qué agua podrá purificarnos? ¿Qué expiaciones, qué juegos nos veremos forzados a inventar? ¿No es excesiva para nosotros la grandeza de este acto? ¿No estamos forzados a convertirnos en dioses, al menos para parecer dignos de los dioses? No hubo en el mundo acto más grandioso y las futuras generaciones serán, por este acto, parte de una historia más alta de lo que hasta el presente fue la historia. Aquí calló el loco y miró de nuevo a sus oyentes; ellos también callaron y le contemplaron con extrañeza. Por último, arrojó al suelo la linterna, que se apagó y rompió en mil pedazos: “He llegado demasiado pronto, dijo. No es aún mi hora. Este gran acontecimiento está en camino, todavía no ha llegado a oídos de los hombres. Es necesario dar tiempo al relámpago y al trueno, es necesario dar tiempo a la luz de los astros, tiempo a las acciones, cuando ya han sido realizadas, para ser vistas y oídas. Este acto está más lejos de los hombres que el acto más distante; y, sin embargo, ellos lo han realizado.”


domingo, 9 de mayo de 2010

Cuentos. Pío Baroja


Conciencias cansadas
[…]


¿Le remorderá la conciencia a este hombre por los soldados que ha enviado a morir a tierras lejanas? A juzgar por lo sonriente del retrato, no debía remorderle ni poco ni mucho.


– Pero aquí nadie se arrepiente de nada – murmuré yo, indignado.


– ¡Caramba! – dijo el cura, interrumpiéndome –. ¡Caramba! Hoy viernes de Cuaresma, y he tomado café con leche. ¡Qué atrocidad!


Vamos, ya había uno que se arrepentía de algo.


Salí del café pensativo. El cómico, el de la funeraria, el prestamista, el general, el cura, todos me parecían sin conciencia, y, además de éstos, el abogado que engaña, el comerciante que roba, el industrial que falsifica, el periodista que se vende…, y, sin embargo, pensé después, toda esa tropa que roba, que explota, que engaña y que prostituye, tiene sus rasgos buenos, sus momentos de abnegación y sus arranques caritativos. La verdad es que semiángel o semibestia, el hombre es un animal extraño.

jueves, 6 de mayo de 2010

Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Pablo Neruda


Poema 20



Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


martes, 4 de mayo de 2010

Nueve cuentos. J.D. Salinger


Teddy


– ¿Qué harías si pudieras modificar el sistema de enseñanza? – preguntó ambiguamente –. ¿Has pensado en eso alguna vez?

– Bueno… no estoy muy seguro de lo que haría – dijo Teddy –. Lo que sé es que no empezaría con las cosas con que por lo general empiezan las escuelas. – Cruzó los brazos y reflexionó un instante –. Creo que primero reuniría a todos los niños y les enseñaría a meditar. Trataría de enseñarles a descubrir quiénes son, y no simplemente cómo se llaman y todas esas cosas… Pero antes creo que les haría olvidar todo lo que les han dicho sus padres y todos los demás. Quiero decir, aunque los padres les hubieran dicho que un elefante es grande yo les sacaría eso de la cabeza. Un elefante es grande sólo cuando está al lado de otra cosa, un perro, o una mujer, por ejemplo – Teddy recapacitó un instante –. Ni siquiera les diría que un elefante tiene trompa. A lo sumo, les mostraría un elefante, si tuviera uno a mano, pero les dejaría ir hacia el elefante sabiendo tanto de él como el elefante de ellos. Lo mismo haría con la hierba y todas las demás cosas. Ni siquiera les diría que la hierba es verde. Los colores son sólo nombres. Porque, si usted les dice que la hierba es verde, van a empezar a esperar que la hierba tenga algún aspecto determinado, el que usted dice, en vez de algún otro que puede ser igualmente bueno y quizá mejor. No sé. Yo les haría vomitar hasta el último pedacito de manzana que sus padres y todo el mundo les han hecho morder.


sábado, 1 de mayo de 2010

Aforismos del arte de saber vivir. Arthur Schopenhauer


Es evidente que los sabios de todos las épocas siempre han dicho lo mismo, y que los necios, es decir, la inmensa mayoría de todos los tiempos, siempre hicieron lo propio, esto es, lo contrario de lo que los sabios dijeron. Por eso dice Voltaire: “Dejaremos este mundo tan tonto y tan malo como lo encontramos al llegar a él.”

viernes, 30 de abril de 2010

Arco Iris. Mario Benedetti

A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

Sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

Sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

Y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin desesperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía

Llorar
sólo llorar

Entonces su sonrisa
si todavía existe
se vuelve un arco iris.

miércoles, 28 de abril de 2010

Como la lluvia, José Emilio Pacheco


- Salamanca: un ángulo del Tormes -

Diafanidad
Repentina en la tarde opaca.
Último sol
Minutos antes de que lo humille la sombra.

¿Qué será de estos árboles
Cuando no pueda verlos
El día que se ha marchado para siempre?

lunes, 26 de abril de 2010

Inventario de lugares propicios al amor. Ángel González

Son pocos.
La primavera está muy prestigiada, pero
es mejor el verano.
Y también esas grietas que el otoño
forma al interceder con los domingos
en algunas ciudades
ya de por sí amarillas como plátanos.
El invierno elimina muchos sitios:
quicios de puertas orientadas al norte,
orillas de los ríos,
bancos públicos.
Los contrafuertes exteriores
de las viejas iglesias
dejan a veces huecos
utilizables aunque caiga nieve.

Pero desengañémonos: las bajas
temperaturas y los vientos húmedos
lo dificultan todo.
Las ordenanzas, además, proscriben
la caricia (con exenciones
para determinadas zonas epidérmicas
-sin interés alguno-
en niños, perros y otros animales)
y el «no tocar, peligro de ignominia»
puede leerse en miles de miradas.
¿Adónde huir, entonces?
Por todas partes ojos bizcos,
córneas torturadas,
implacables pupilas,
retinas reticentes,
vigilan, desconfían, amenazan.
Queda quizá el recurso de andar solo,
de vaciar el alma de ternura
y llenarla de hastío e indiferencia,
en este tiempo hostil, propicio al odio.

sábado, 24 de abril de 2010

Las aventuras perdidas, Alejandra Pizarnik


EL AUSENTE

I

La sangre quiere sentarse
Le han robado su razón de amor.
Ausencia desnuda.
Me deliro, me desplumo.
¿Qué diría el mundo si Dios
lo hubiera abandonado así?

II

Sin ti
el sol cae como un muerto abandonado

Sin ti
me tomo en mis brazos
y me llevo a la vida
a mendigar fervor.

viernes, 23 de abril de 2010

Hamlet. William Shakespeare




(Ofelia, de John Everett Millais)


Ser o no ser, esa es la cuestión:

Si es más noble para el alma soportar las flechas y pedradas de la áspera Fortuna o armarse contra un mar de adversidades y darles fin en el encuentro. Morir: dormir, nada más. Y si durmiendo terminaran las angustias y los mil ataques naturales herencia de la carne, sería una conclusión seriamente deseable. Morir, dormir: dormir, tal vez soñar.

Sí, ese es el estorbo; pues qué podríamos soñar en nuestro sueño eterno ya libres del agobio terrenal, es una consideración que frena el juicio y da tan larga vida a la desgracia. Pues, ¿quién soportaría los azotes e injurias de este mundo, el desmán del tirano, la afrenta del soberbio, las penas del amor menospreciado, la tardanza de la ley, la arrogancia del cargo, los insultos que sufre la paciencia, pudiendo cerrar cuentas uno mismo con un simple puñal? ¿Quién lleva esas cargas, gimiendo y sudando bajo el peso de esta vida, si no es porque el temor al más allá, la tierra inexplorada de cuyas fronteras ningún viajero vuelve, detiene los sentidos y nos hace soportar los males que tenemos antes que huir hacia otros que ignoramos?

La conciencia nos vuelve unos cobardes, el color natural de nuestro ánimo se mustia con el pálido matiz del pensamiento, y empresas de gran peso y entidad por tal motivo se desvían de su curso y ya no son acción.

domingo, 18 de abril de 2010

A Dafne, huyendo de Apolo. Francisco de Quevedo.



(Apolo y Dafne de J.W.Waterhouse)



«Tras vos un Alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
Pues vais del Sol y de la luz huyendo.

ȃl os quiere gozar a lo que entiendo
Si os coge en esta selva tosca y ruda,
Su aljaba suena, está su bolsa muda,
El perro, pues no ladra, está muriendo.
»Buhonero de signos y Planetas,
Viene haciendo ademanes y figuras
Cargado de bochornos y Cometas».

Esto la dije, y en cortezas duras
De Laurel se ingirió contra sus tretas,
Y en escabeche el Sol se quedó a oscuras.



sábado, 17 de abril de 2010

Banquete. Platón


Así, mientras íbamos caminando hablábamos sobre ello, de suerte que, como dije al principio, no me encuentro sin preparación. Si es menester, pues, que os lo cuente también a vosotros, tendré que hacerlo. Por lo demás, cuando hago yo mismo discursos filosóficos o cuando se los oigo a otros, aparte de creer que saco provecho, también yo disfruto enormemente. Pero cuando oigo otros, especialmente los vuestros, los de los ricos y hombres de negocios, personalmente me aburro y siento compasión por vosotros, mis amigos, porque creéis hacer algo importante cuando en realidad no estáis haciendo nada. Posiblemente vosotros, por el contrario, pensáis que soy un desgraciado, y creo que tenéis razón; pero yo no es que lo crea de vosotros, sino que sé muy bien que lo sois.

viernes, 16 de abril de 2010

La Rebelión de las Masas. José Ortega y Gasset


La Época del «Señorito Satisfecho»


El aristócrata hereda, es decir, encuentra atribuidas a su persona unas condiciones de vida que él no ha creado, por tanto, que no se producen orgánicamente unidas a su vida personal y propia. Se halla, al nacer, instalado, de pronto y sin saber cómo, en medio de su riqueza y de sus prerrogativas. Él no tiene, íntimamente, nada que ver con ellas, porque no vienen de él. Son el caparazón gigantesco de otra persona, de otro ser viviente: su antepasado. Y tiene que vivir como heredero, esto es, tiene que usar el caparazón de otra vida. ¿En qué quedamos? ¿Qué vida va a vivir el «aristócrata» de herencia: la suya o la del prócer inicial?

Ni la una ni la otra. Está condenado a representar al otro, por tanto, a no ser ni el otro ni él mismo. Su vida pierde, inexorablemente, autenticidad, y se convierte en pura representación o ficción de otra vida. La sobra de medios que está obligado a manejar no le deja vivir su propio y personal destino, atrofia su vida.

jueves, 15 de abril de 2010

Rayuela, Julio Cortázar



Circo, de Joan Miró


Capítulo 93 de Rayuela, de Julio Cortázar


Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fíjate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan cómo pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas en abejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es María y la Brinvilliers, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma óptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua... Sí, pero también está dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a veces, me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el mundo. Ah, si en el silencio empollara el Roc... Logos, faute éclatante. Concebir una raza que se expresara por el dibujo, la danza, el macramé o una mímica abstracta. ¿Evitarían las connotaciones, raíz del engaño? Honneur des hommes, etc. Sí, pero un honor que se deshonra a cada frase, como un burdel de vírgenes si la cosa fuera posible.

Del amor a la filología, estás lucido, Horacio. La culpa la tiene Morelli que te obsesiona, su insensata tentativa te hace entrever una vuelta al paraíso perdido, pobre preadamita de snack-bar, de edad de oro envuelta en celofán. This is a plastic's age, man, a plastic's age. Olvidate de la perras. Rajá, jauría, tenemos que pensar, lo que se llama pensar, es decir sentir, situarse y confrontarse antes de permitir el paso de la más pequeña oración principal o subordinada. París es un centro, entendés, un mandala que hay que recorrer sin dialéctica, un laberinto donde las fórmulas pragmáticas no sirven más que para perderse. Entonces un cogito que sea como respirar París, entrar en él dejándolo entrar, neuma y no logos. Argentino compadrón, desembarcando con la suficiencia de una cultura de tres por cinco, entendido en todo, al día en todo, con un buen gusto aceptable, la historia de la raza humana bien sabida, los períodos artísticos, el románico y el gótico, las corrientes filosóficas, las tensiones políticas, la Shell Mex, la acción y la reflexión, el compromiso y la libertad, Piero della Francesca y Anton Weber, la tecnología bien catalogada, Lettera 22, Fiat 1600, Juan XXIII. Qué bien, qué bien. Era una pequeña librería de la rue du Cherche-Midi, era un aire suave de pausados giros, era la tarde y la hora, era del año la estación florida, era el Verbo (en el principio), era un hombre que se creía un hombre. Qué burrada infinita, madre mía. Y ella salió de la librería (recién ahora me doy cuenta de que era como una metáfora, ella saliendo nada menos que de una librería) y cambiamos dos palabras y nos fuimos a tomar una copa de pelure d'oignon a un café de Sèvres-Babylone (hablando de metáforas, yo delicada porcelana recién desembarcada, HANDLE WITH CARE, y ella Babilonia, raíz de tiempo, cosa anterior, primeval being, terror y delicia de los comienzos, romanticismo de Atala pero con un tigre auténtico esperando detrás del árbol). Y así Sèvres se fue con Babylone a tomar un vaso de pelure d'oignon, nos mirábamos y yo creo que ya empezábamos a deseamos (pero eso fue más tarde, en la rue Réaumur) y sobrevino un diálogo memorable, absolutamente recubierto de malentendidos, de desajustes que se resolvían en vagos silencios, hasta que las manos empezaron a tallar, era dulce acariciarse las manos mirándose y sonriendo, encendíamos los Gauloises el uno en el pucho del otro, nos frotábamos con los ojos, estábamos tan de acuerdo en todo que era una vergüenza, París danzaba afuera esperándonos, apenas habíamos desembarcado, apenas vivíamos, todo estaba ahí sin nombre y sin historia (sobre todo para Babylone, y el pobre Sèvres hacía un enorme esfuerzo, fascinado por esa manera Babylone de mirar lo gótico sin ponerle etiquetas, de andar por las orillas del río sin ver remontar los drakens normandos). Al despedirnos éramos como dos chicos que se han hecho estrepitosamente amigos en una fiesta de cumpleaños y se siguen mirando mientras los padres los tiran de la mano y los arrastran, y es un dolor dulce y una esperanza, y se sabe que uno se llama Tony y la otra Lulú, y basta para que el corazón sea como una frutilla, y...

Horacio, Horacio.

Merde, alors. ¿Por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegíaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

(-68)

miércoles, 14 de abril de 2010

Hijos de la ira. Dámaso Alonso




Insomnio 

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.


Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.


Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,

por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,

por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.



Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?

¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?

martes, 13 de abril de 2010

Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carrol



-"¿Podría decirme, por favor, qué camino debo tomar?

-Eso depende de a dónde quieras ir -respondió el Gato.

-Lo cierto es que no me importa demasiado a dónde... -dijo Alicia.

-Entonces tampoco importa demasiado en qué dirección vayas -contestó el Gato.

-... siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia tratando de explicarse.

-Oh, te aseguro que llegarás a alguna parte -dijo el Gato- si caminas lo suficiente".


Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carrol

El retrato de Dorian Gray. Oscar Wilde


-Y, sin embargo -continuó lord Henry, con su voz grave y musical, y con el peculiar movimiento de la mano que le era tan característico, y que ya lo distinguía incluso en los días de Eton-, creo que si un hombre viviera su vida de manera total y completa, si diera forma a todo sentimiento, expresión a todo pensamiento, realidad a todo sueño..., creo que el mundo recibiría tal empujón de alegría que olvidaríamos todas las enfermedades del medievalismo y regresaríamos al ideal heleno; puede que incluso a algo más delicado, más rico que el ideal heleno. Pero hasta el más valiente de nosotros tiene miedo de sí mismo. La mutilación del salvaje encuentra su trágica supervivencia en la autorenuncia que desfigura nuestra vida. Se nos castiga por nuestras negativas. Todos los impulsos que nos esforzamos por estrangular se multiplican en la mente y nos envenenan. Que el cuerpo peque una vez, y se habrá librado de su pecado, porque la acción es un modo de purificación. Después no queda nada, excepto el recuerdo de un placer o la voluptuosidad de un remordimiento. La única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella. Si se resiste, el alma enferma, anhelando lo que ella misma se ha prohibido, deseando lo que sus leyes monstruosas han hecho monstruoso e ilegal.

lunes, 12 de abril de 2010

Hoy es uno de esos días. A.M.R.S

Hoy es uno de esos días
en que me tiembla el alma,
siento tanto frío..... que
necesito un abrazo
para salir de la hipotermia.
Necesito sentir la belleza
en su estado más puro,
más básico, más simple...
para no perder la esperanza
en la bondad del ser humano.
Necesito sentir el calor,
sin necesidad de disminuir
los recursos energéticos
de la naturaleza.
Necesito sentir,
que todos somos uno.
Necesito sentir esa unidad
y su centro, escuchando
el sonido de sus latidos.
Necesito, no necesitar nada,
para sentirme libre.
Y empiezo a liberar.
Silencio.
¿Me abrazas...?

Seguiré...A.M.R.S


Seguiré por la ruta
que emprendí hace muchos años,
llamada por la luz de lo indecible,
hasta alcanzar la cumbre de mí misma,
mi ámbito más puro.
El aire...seguro....rozará mi rostro fatigado
con el leve y exótico perfume de este mundo.
Y, una vez conseguido mi objetivo,
el arrollo mostrará a los demás mi imagen
que emerge de la nochelavada y esplendente.

martes, 6 de abril de 2010

Niebla. Miguel de Unamuno



- ¿Sabes lo que es dar un paso decisivo? Los vientos de la fortuna nos empujan y nuestros pasos son decisivos todos. ¿Nuestros? ¿Son nuestros esos pasos? Caminamos, Orfeo mío, por una selva enmarañada y bravía sin senderos. El sendero nos lo hacemos con los pies según caminamos, a la ventura. Hay quien cree seguir una estrella; yo creo seguir una doble estrella, melliza. Y esa estrella no es sino la proyección misma del sendero, al cielo, la proyección del azar.

>> ¡Un paso decisivo! Y dime, Orfeo, ¿qué necesidad hay de que haya ni Dios, ni mundo, ni nada? ¿Por qué ha de haber algo? ¿No te parece que esa idea de la necesidad no es sino la forma suprema que el azar toma en nuestra mente?

>> ¿De dónde ha brotado Eugenia? ¿Es ella una creación mía o soy creación suya yo?, ¿o somos los dos creaciones mutuas, ella de mí, yo de ella?

lunes, 5 de abril de 2010

En el principio. Blas de Otero


EN EL PRINCIPIO

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Blas de Otero, Pido la paz y la palabra

miércoles, 31 de marzo de 2010

Eolo nos separa.A.M.R.S

Como un brazo de mar entre dos tierras
Eolo nos separa.
Como un brazo de mar, de mar amargo,
nos separa Eolo.
La distancia es cruel igual que un huracán
que sacude los árboles.
Pasa arrancando hojas como lágrimas
que caen suavemente
como llamas perdidas de algún fuego.
Sólo la nube puede llevarte mi mensaje,
pues no quiero utilizar palomas.
Cuando la nube llore empapando la tierra,
es que me está lloviendo llanto
por todos los caminos de mi cuerpo.
Cuando la nube ría
y el sol se esté asomando tan apenas,
es ...que te estoy pensando,
es...que la paz me tiende sus dos alas,
es...que estoy apostada
al borde del caminos para verte
y estremercerme
cuando pases en tu bólido celeste.
A.M.R.S

lunes, 29 de marzo de 2010

Donde habite el olvido. Luis Cernuda


Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío.
Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor.
El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos.

¿Qué queda de las alegrías y penas del amor cuando éste desaparece?
Nada, o peor que nada; queda el recuerdo de un olvido.
Y menos mal cuando no lo punza la sombra de aquellas espinas;
de aquellas espinas, ya sabéis.


lunes, 22 de marzo de 2010

En el camino. Jack Kerouac


Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y tenue.

Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un "¡Ahhh!"...

domingo, 21 de marzo de 2010

Los Justos. Albert Camus

STEPAN (levantándose y acercándose a ellos): Sí, soy brutal. Pero para mí el odio no es un juego. No estamos aquí para admirarnos unos a otros. Estamos aquí para triunfar.

KALIAYEV (suavemente): ¿Por qué me ofendes? (...)

STEPAN: No sé. Cambias las señales, te gusta hacer el papel de buhonero, dices versos, quieres arrojarte bajo las patas de los caballos, y ahora, el suicidio (Le mira.) No tengo confianza en ti.

KALIAYEV (dominándose): No me conoces, hermano. Amo la vida. No me aburro. (...)

STEPAN: Yo no amo la vida, sino la justicia, que está por encima de la vida.

KALIAYEV (Con visible esfuerzo): Cada uno sirve a la justicia como puede. Hay que aceptar que seamos diferentes. Tenemos que querernos, sí podemos.

STEPAN: No podemos.

KALIAYEV (estallando): Entonces, ¿qué estás haciendo con nosotros?

El árbol de la ciencia. Pío Baroja


– Sí, nos ha quitado terrores – exclamó Iturrioz –; pero nos ha quitado también vida. ¡Sí, es la claridad la que hace la vida actual completamente vulgar! Suprimir los problemas es muy cómodo; pero luego no queda nada. Hoy, un chico lee una novela del año treinta, y las desesperaciones de Larra y Espronceda, y se ríe; tiene la evidencia de que no hay misterios. La vida se ha hecho clara; el valor del dinero aumenta; el burguesismo crece con la democracia. Ya es imposible encontrar rincones poéticos al final de un pasadizo tortuoso; ya no hay sorpresas.


– Usted es un romántico.


– Y tú también. Pero yo soy un romántico práctico. Yo creo que hay que afirmar el conjunto de mentiras y verdades que son de uno hasta convertirlo en una cosa viva. Creo que hay que vivir con las locuras que uno tenga, cuidándolas y hasta aprovechándose de ellas.

El cuerpo y el alma. Vicente Aleixandre



Pero es más triste todavía, mucho más triste.
Triste como la rama que deja caer su fruto para nadie.
Más triste, más. Como ese vaho
que de la tierra exhala depués la pulpa muerta.
Como esa mano que del cuerpo tendido
se eleva y quiere solamente acariciar las luces,
la sonrisa doliente, la noche aterciopelada y muda.
Luz de la noche sobre el cuerpo tendido sin alma.
Alma fuera, alma fuera del cuerpo, planeando
tan delicadamente sobre la triste forma abandonada.
Alma de niebla dulce, suspendida
sobre su ayer amante, cuerpo inerme
que pálido se enfría con las nocturnas horas
y queda quito, solo, dulcemente vacío.
Alma de amor que vela y se separa
vacilando, y al fin se aleja tiernamente fría.