miércoles, 31 de marzo de 2010

Eolo nos separa.A.M.R.S

Como un brazo de mar entre dos tierras
Eolo nos separa.
Como un brazo de mar, de mar amargo,
nos separa Eolo.
La distancia es cruel igual que un huracán
que sacude los árboles.
Pasa arrancando hojas como lágrimas
que caen suavemente
como llamas perdidas de algún fuego.
Sólo la nube puede llevarte mi mensaje,
pues no quiero utilizar palomas.
Cuando la nube llore empapando la tierra,
es que me está lloviendo llanto
por todos los caminos de mi cuerpo.
Cuando la nube ría
y el sol se esté asomando tan apenas,
es ...que te estoy pensando,
es...que la paz me tiende sus dos alas,
es...que estoy apostada
al borde del caminos para verte
y estremercerme
cuando pases en tu bólido celeste.
A.M.R.S

lunes, 29 de marzo de 2010

Donde habite el olvido. Luis Cernuda


Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío.
Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor.
El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos.

¿Qué queda de las alegrías y penas del amor cuando éste desaparece?
Nada, o peor que nada; queda el recuerdo de un olvido.
Y menos mal cuando no lo punza la sombra de aquellas espinas;
de aquellas espinas, ya sabéis.


lunes, 22 de marzo de 2010

En el camino. Jack Kerouac


Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y tenue.

Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un "¡Ahhh!"...

domingo, 21 de marzo de 2010

Los Justos. Albert Camus

STEPAN (levantándose y acercándose a ellos): Sí, soy brutal. Pero para mí el odio no es un juego. No estamos aquí para admirarnos unos a otros. Estamos aquí para triunfar.

KALIAYEV (suavemente): ¿Por qué me ofendes? (...)

STEPAN: No sé. Cambias las señales, te gusta hacer el papel de buhonero, dices versos, quieres arrojarte bajo las patas de los caballos, y ahora, el suicidio (Le mira.) No tengo confianza en ti.

KALIAYEV (dominándose): No me conoces, hermano. Amo la vida. No me aburro. (...)

STEPAN: Yo no amo la vida, sino la justicia, que está por encima de la vida.

KALIAYEV (Con visible esfuerzo): Cada uno sirve a la justicia como puede. Hay que aceptar que seamos diferentes. Tenemos que querernos, sí podemos.

STEPAN: No podemos.

KALIAYEV (estallando): Entonces, ¿qué estás haciendo con nosotros?

El árbol de la ciencia. Pío Baroja


– Sí, nos ha quitado terrores – exclamó Iturrioz –; pero nos ha quitado también vida. ¡Sí, es la claridad la que hace la vida actual completamente vulgar! Suprimir los problemas es muy cómodo; pero luego no queda nada. Hoy, un chico lee una novela del año treinta, y las desesperaciones de Larra y Espronceda, y se ríe; tiene la evidencia de que no hay misterios. La vida se ha hecho clara; el valor del dinero aumenta; el burguesismo crece con la democracia. Ya es imposible encontrar rincones poéticos al final de un pasadizo tortuoso; ya no hay sorpresas.


– Usted es un romántico.


– Y tú también. Pero yo soy un romántico práctico. Yo creo que hay que afirmar el conjunto de mentiras y verdades que son de uno hasta convertirlo en una cosa viva. Creo que hay que vivir con las locuras que uno tenga, cuidándolas y hasta aprovechándose de ellas.

El cuerpo y el alma. Vicente Aleixandre



Pero es más triste todavía, mucho más triste.
Triste como la rama que deja caer su fruto para nadie.
Más triste, más. Como ese vaho
que de la tierra exhala depués la pulpa muerta.
Como esa mano que del cuerpo tendido
se eleva y quiere solamente acariciar las luces,
la sonrisa doliente, la noche aterciopelada y muda.
Luz de la noche sobre el cuerpo tendido sin alma.
Alma fuera, alma fuera del cuerpo, planeando
tan delicadamente sobre la triste forma abandonada.
Alma de niebla dulce, suspendida
sobre su ayer amante, cuerpo inerme
que pálido se enfría con las nocturnas horas
y queda quito, solo, dulcemente vacío.
Alma de amor que vela y se separa
vacilando, y al fin se aleja tiernamente fría.