sábado, 4 de diciembre de 2010

Sobre la brevedad de la vida. Séneca

Vivís como si fuerais a vivir eternamente, jamás os acordáis de vuestra fragilidad, nunca reparáis en cuánto tiempo se os ha ido ya; lo malgastáis como si fluyera de un caudal pleno y abundante, cuando, al mismo tiempo, tal vez aquel mismo día que regaláis a algún hombre o negocio, puede ser vuestro último día. Todo lo teméis como mortales, todo lo deseáis como inmortales. Oirás decir a muchos: «Con cincuenta años me retiraré a descansar», «los sesenta años me jubilarán de mis ocupaciones». Y por último: ¿Quién te garantiza una vida más larga? ¿Quién permitirá que las cosas salgan como tú dispones? ¿No te da vergüenza reservar para ti las sobras de tu vida y destinar a la bondad del alma sólo aquel tiempo que no se puede emplear en nada? ¡Qué tarde es empezar a vivir en el momento mismo en que hay que dejar de hacerlo! ¡Qué olvido tan necio de la condición mortal demorar hasta los cincuenta o sesenta años las decisiones sensatas, y querer empezar la vida a partir de una edad a la que pocos han llegado!


1 comentario:

  1. Si es que la vida es un carpe diem et carpe noctem, porque el fín está en cada esquina que surge a nuestro camino.

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