lunes, 23 de septiembre de 2013

El hombre y lo divino. María Zambrano


Introducción

[...] El hombre está siendo reducido, allanado en su condición a simple número, degradado bajo la categoría de la cantidad.

¿No existe pues el hombre en la hora actual? Existir es resistir, ser "frente a", enfrentarse. El hombre ha existido cuando, frente a sus dioses, ha ofrecido una resistencia. Job es el más antiguo "existente" de nuestra tradición occidental. Porque frente al Dios que dijo: "soy el que es", resistió en la forma más humana, más claramente humana de resistencia; llamándole a razones. ¿Se atreve el hombre de hoy a pedir razones a la historia? Aunque ella sea su ídolo, el hacerlo lleva consigo pedirse razones a sí mismo. Confesarse, hacer memoria para liberarse.

Y liberarse humanamente es reducirse; ganar espacio, el "espacio vital", lleno por la inflación de su propio ser. Uno de los efectos de la "deificación" es la toma de posesión de más espacio del que realmente podemos enseñorearnos. [...]



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